El Cura Brochero, también conocido como San José Gabriel del Rosario Brochero, es uno de los personajes más importantes de la historia de Argentina y un referente para muchas personas, tanto en el ámbito religioso como en el social. Nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba, en el seno de una familia humilde y religiosa.
Desde muy joven, Gabriel Brochero mostró un gran interés por el estudio y la religión. Ingresó al Seminario de Córdoba a los 16 años y, tras siete años de formación, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Después de su ordenación, fue destinado a la localidad de Villa del Tránsito, en el Valle de Traslasierra, donde inició su labor pastoral.
Uno de los aspectos más destacados de la vida del Cura Brochero fue su compromiso con los más pobres y marginados de su comunidad. En un contexto de gran pobreza y abandono, Brochero se dedicó a construir escuelas y capillas en las zonas rurales de la provincia de Córdoba, para que los niños y jóvenes pudieran acceder a la educación y a la formación religiosa.
Además de su labor pastoral, el Cura Brochero también se destacó por su labor misionera en las zonas más remotas de la provincia de Córdoba. Recorrió a pie y a caballo los caminos de las sierras, llevando el mensaje de la fe a los lugareños y brindando ayuda material y espiritual a quienes más lo necesitaban.
Una de las obras más conocidas de Brochero fue la construcción del Camino del Peregrino, una ruta de más de 200 kilómetros que conecta Villa del Tránsito con la localidad de la Cruz, en la sierra cordobesa. El objetivo de esta obra fue facilitar el acceso de los fieles a los lugares de culto, especialmente a la Virgen del Tránsito, patrona de la región.
El Camino del Peregrino fue construido con gran esfuerzo y dedicación por parte del Cura Brochero y sus colaboradores. Durante varios años, trabajaron en la apertura de senderos, la construcción de puentes y la señalización de la ruta, para que los peregrinos pudieran transitarla de manera segura y cómoda.
El Cura Brochero falleció el 26 de enero de 1914, a los 73 años de edad, víctima de una lepra que contrajo durante su labor misionera en las zonas rurales de la provincia de Córdoba. Su muerte fue lamentada por toda la comunidad, que lo recordó como un hombre justo, valiente y comprometido con los más necesitados.
Después de su muerte, la figura del Cura Brochero se convirtió en un referente para muchas personas, tanto en el ámbito religioso como en el social. En 1947, se inició el proceso de beatificación, que culminó con su beatificación en septiembre de 2013, durante el pontificado del Papa Francisco.