¡Escucha el sutil susurro de la belleza eterna deambulando por los senderos
aledaños!
Los aromillos están en flor
y su aroma habita la tarde infinita.
Blancas, las flores del palo amarillo se ondulan sobre el rosado
tapiz del atardecer,
Mezclándose, (¡Oh naturaleza plena! ¡Alquimia inescrutable!) al
tenue amarillo de las flores de Espinillo.
Un algarrobo inmóvil se sume en la frágil quietud del ocaso,
De su robusto ramaje pende, casi indivisa, una hamaca,
Expandiendo un oscuro y gentil movimiento,
que va perdiéndose en el azul silencio de la noche.
Susurro – Leonardo Courroux